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ARTE 5 SENTIDOS
by HombreHappy
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Julio, un poco de algo y mucho tomate, no habrá quien te mate.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Federico García Lorca
Como describir el Restaurante De La Calle, una estrella michelín, que parece vegetariano, pero no lo es, y que crees cercano a Murcia y tampoco, ¡ está en Aranjuez ! .
Contando simplemente la experiencia a mi manera, a la manera happy.
Esta historia empieza, como todas las bonitas historias, por una casualidad.
Alguien en mi twitter, retwittea a Julio Velandrino, Jefe de Cocina del Restaurante de La Calle y llega a mis ojos lo que creo que es la foto de un cuadro.
Decido seguirlo.
Enseguida voy viendo más, me doy cuenta de que son platos, reflejos y formas que juegan conmigo, que no son lo que parecen, trampantojos de mil y un colores donde el Verde, es el jefe.
Desde chico mi madre me hacia comerme las verduras por obligación y estas fotos me atraían mucho. Una de dos, o mi madre mentía y lo que me daba no eran verduras, cosa que dudo pues las madres nunca mienten. O Julio Velandrino me estaba engañando, más creíble, pues es joven y despierto.
Tenia que comprobarlo y partí hacia Aranjuez.
Me recibió Cristina de La Calle, jefa de sala, y todo su equipo con una inmensa sonrisa y naturalidad.
Lo agradecí mucho, pues he visto en restaurantes con mucha menos categoría que este, jefes de sala que parece que olvidaron quitarse la percha de su chaqueta o peor aún, tienen escocidas las asentaderas y por eso andan como andan y van tan estirados.
Aquí Cristina te enamora, te explica, aconseja y te atiende, está en todo pero pasando inadvertida, parece simple, pero no lo es. Ella lo borda.
Contemplo la carta, enseguida me doy cuenta que casi todos los platos son aptos para celiacos, me alegra eso.
Puedes optar por un menú degustación, la carta o dejarte sorprender por ellos. Yo he venido a un duelo de verdades y me decanto por esto último.
Mientras espero, me dan unos maravillosos aperitivos, pero no me voy a dejar engañar tan fácilmente por Julio y Cristina "su cómplice".
Van saliendo platos.
Amablemente Cristina nos los va explicando y nos aconseja unos fabulosos caldos que parecen echos para ellos, para hacer cabriolas, para fusionarse con fuerza y sensualidad, como una pareja de tango, en un salón verde.
Y me van gustando, ese museo comestible me estaba deleitando y mucho.
Cada plato supera al anterior, la madre tierra, ofrece a este chico sus frutos(Le llamo chico, pues Julio es muy joven, no es que yo sea viejo) y él les da, la forma, el color y el sabor, como solo un buen escultor sabe sacar la imagen que hay dentro de una piedra.
Los nombres superlargos de las viandas hacen que Cristina casi se quede sin respiración, pero aún así, no hacen justicia a las maravillas que por mi mesa desfilan.
Yo los achico y simplifico, en esos momento mi mente ha desconectado y está para otras cosas.
Sorprendente salmorejo con esférico de AOVE, Bimi con foie y romesco, coliflor en texturas con mole poblano, arroz negro con alcachofas...
Julio me mira desde la cocina, sabe que ha ganado la partida y me manda los postres para darme la puntilla.
Resalto que con el paparajote 2.0, mis 5 sentidos se desdoblan por unos segundos y realizan un viaje astral a Murcia, así, sin avisarme.
Descubro algo muy duro, pero por raro que parezca, no me sabe malo.
Mi madre me mentía, lo que ella me daba no eran verduras y a mí si me gusta lo Verde.
Sonrío como lo hacía el doctor Watson cuando ayudaba a Sherlok Holmes a descubrir un misterio.
Momento copazo, mientras charlamos y nos contamos anécdotas,
Cristina nos prepara un maravilloso gintonic de Bimi (brócoli chino).
Pero... !! a mi no me gusta el gintonic y este me lo tomo con placer !!
Este nuevo enigma lo dejo para otro día, pues es de obligación, repetir en este restaurante.
Gracias amigos, por hacerme Verde.
Tranquila mama, no te lo tengo en cuenta.
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Por la mañana me di un paseo por los extraordinarios Jardines de Aranjuez, unos parques ajardinados y ornamentados con numerosas fuentes y estatuas, situados junto al río Tajo y al Palacio Real de Aranjuez.
Pero eso será otra historia...
Yo fui a Aranjuez para cenar en el RESTAURANTE DE LA CALLE.
EL TIEMPO EN ARANJUEZ
ÉVORA, CIUDAD MUSEO
Os voy a recomendar un lugar único para pasar el puente de mayo, semana santa o el fin de semana que os venga en gana. No voy a ser yo, el que os diga cuando tenéis que ir.
Es de los sitios donde lo mismo puedes ir en pareja, románticamente espero, como con niños, ya no tan romántico, pero con muchísimas cosas por ver, mucho que pasear y no os darán mucho mal.
Évora, en la llanura de Alentejo, patrimonio cultural, es como la paleta de un pintor, donde se mezcla toda la historia y hace, que en cada esquina de la ciudad, bailen tus 5 sentidos.
Una de las ciudades más antiguas de Europa, por donde han pasado desde los albores del Neolítico todo dios, los romanos, visigodos, musulmanes... y yo.
Como decía “La Bombi” en el un, dos, tres, ¿Por qué será?
Muy sencillo esta ciudad cumple con creces las 3 Bs, buena , bonita y barata. A excepción de la gasolina, recomiendo llenar el depósito, en la gasolinera justo antes de pasar la frontera. La reconoceréis por las colas (filas) de coches españoles y portugueses.
Yo me alojé en el Évora Hotel, a las afueras, con actividades para niños con monitor y piscina climatizada cubierta todo el año, muy agradable para relajarse después de patearte bien las calles.
Tengo que comentar que fue de los sitios donde mejor comí. Un buffet muy económico y con platos y productos típicos de la comarca.
Hay muchos hoteles más baratos, como el Ibis, que está en la puerta del casco antiguo, limpio, ideal para dormir y ya está.
Ya deshice la maletas ... y ahora qué como?
La gastronomía alentejana de Évora es de fama en todo Portugal.
Lo más típico; Porco a alentejana, migas, jabalí de cachafrito, sopas como la “acorda” (la más conocida) y no olvidemos los quesos de oveja con su vino tinto de alentejo.
Cuidadito con los que tomas "de la casa", entran muy bien pero salen... (en ese caso llevar Iboprufeno)
No os voy hablar de restaurantes, en cualquier guía salen, pasear, buscar y según vuestros bolsillos, meteros sin miedo en cualquiera, podéis hasta sentaros en una barra rozando vuestros codos con algún extraño.
Dos cosas; primero, las tapas que ponen al sentaros no son gratis, si las tocas las pagas. Solo merece la pena abordar la de queso, barata y deliciosa.
Segundo, los restaurantes con “fado especial turistas", son los más caros y donde peor se come. Salvo que te guste mucho el fado, no te acerques. A mí, escuchar penas, no me va.
Las cenas tempranito, sobre las 8, no se os ocurra ir a las 10, porque terminareis en el hotel, castigados sin cenar.
Pero vamos a lo importante, que visitar.
El templo romano de Diana, muy bien conservado, en lo alto del casco antiguo.
La Capilla de los huesos, al lado de la iglesia de san Francisco, con las paredes hechas de huesos humanos y dos esqueletos, padre e hijo, colgados, que os cuenten su leyenda.
La Catedral, de estilo románico y construida sobre una antigua mezquita.
La Universidad, la 2ª más antigua de Portugal.
Las termas y el acueducto romano.
La plaza de Giraldo, en el centro, con soportales llenos de bares donde tomar una agradable cerveza. Museo de Évora, jardines, el Palacio de don Manuel...no voy a poner todo lo que podéis encontraros,
me aburriría yo y peor aún, os aburriría a vosotros.
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Os sorprenderán las tiendas que todo es de corcho, trajes de novia, bolsos, zapatos...por cierto a las 7 cierran.
Para terminar, no olvidéis de pillar el coche, bici o similar y daros una vuelta por el Cromlech de los Almendres, el mayor conjunto de dólmenes y menhires (si, como el de Obelix) de la Península Ibérica y 2000 años más antiguos que los de Stonehenge (los de las películas de Merlín y brujos varios).
O si queréis pasar el día en Lisboa, hay trenes por la mañana (hora y media se tarda) que regresan por la tarde.
Muy eficaz, si vas a Évora, la aplicación gratuita para android de playstore "yougo evora", restaurantes, hoteles, museos, curiosidades ...a un click.
EL TIEMPO EN ÉVORA
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HombreHappy
Divulgador de experiencias,
Rapsoda 2.0
Enamorado de la gastronomía,
1º, 2º, postreadicto, copa y siesta, Amante de la naturaleza y viajante convulsivo en busca de lugares que activen mis 5 sentidos.
Armado de un móvil y un bloc,
solo pretendo expresar aquí, humildemente, mis sentimientos sobre parajes, restaurantes, personas, hoteles, ciudades y pueblos, productos, etc...
En general,todo lo que en algún momento me ha “excitado” y me ha llevado a ser el “HombreHappy”.
No esperéis experiencias negativas en este blog, que las hay, para contarlas, ya están otros.
Simplemente lo que no me guste, no saldrá.
Tampoco esperéis grandes explicaciones de las experiencias,
yo os daré pistas.
Para sentirlas como yo, deberéis probarlas.
Espero ayudaros a encontrar ese lugar para pasar el fin de semana.
Aconsejaros restaurantes, hoteles, viajes, productos...
O simplemente haceros pasar unos minutos “happys”.
Este blog está pensado para mis amig@s.
Un saludo!!
Regalo orgasmo-gastronómico en Valencia
Eran "mis" reyes y este año lo tenía todo preparado para no recibir carbón.
Me aferré al asiento del AVE, como un niño emocionado en su primer viaje y puse rumbo a Valencia.
Mi destino era el Restaurante La Salita y conocer a la ganadora del concurso “TopChef”.
Pensé: si Alberto Chicote, Angel León y Susi Diaz (no hace falta presentarlos) la han elegido como ganadora, por algo será.
Taxi!!!! C/Seneca 12 bajo, esquina con C/Yecla, restaurante La Salita.
Lo de ganadora de "topchef" tachado!! Zas, Zas.
Doña Begoña Rodrigo, gran cocinera y gran mujer (esto hay que reivindicarlo), ha conseguido, en un pequeño local de Valencia, fusionar sabores, colores, olores, texturas...en definitiva, hacer grande su cocina y contar historias en ella.
Los platos, en momentos impactantes, que no os los cuenten, ir a probarlos y excitaros vosotros mismos.
Es el conjunto lo que resalta alrededor de esta GRAN cocinera, el agradable diseño del local, las sonrisas de todo su equipo que allí trabajan, siempre atentos pero sin agobiarte.
Cuando se trabaja a gusto, se nota.
El servicio impecable y armonioso en todo momento, sin esperas, sin aburrimiento, todo sorprende.
Desde el primer "aperitivo" levitan tus sensaciones hasta el momento final y cumbre de toda buena cocina, EL POSTRE, aquí con mayúsculas.
Momento copa con Bego, no puede faltar, charlando o mejor escuchando a una persona muy inteligente y que tiene muchas cosas interesantes que decir. Hasta las tantas, nos dieron y hasta las mil me hubiera quedado.
Buena bodega y excelentes whiskies ahumados, broche de oro final a una gran velada.
El precio, importante también, nos permite a los mundanos como yo, disfrutar de un sueño del cual no quiero despertar, sin que reviente mi cartera. La "dolorosa" aquí, no es tal.
En fin, un restaurante muy recomendable para dejarte llevar y disfrutar solo, en pareja, ex-pareja, con familia, de negocios, amigos, amantes, etc
Gracias!!
Volveré.
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El día anterior lo pasé de tapeo en el Central Bar de Ricard Camarena (en el mismo mercado Central de Valencia)
Impresionante, donde puedes tapear, tomar un bocadillo, unas croquetas, unas ostras... siempre con productos de primera calidad, frescos y a precios suaves.
También estuve en Vuelve Carolina de Quique dacosta, Gastrobar, tapas con "toque", tradición e innovación.
Dos espacios donde disfruté mucho y que merecen dedicarles más tiempo proximamente.
Por Descontado, todos mis postres y cafés los tomé en la Pasteleria Torreblanca, del gran Maestro Paco Torreblanca (Me encantaría conocer International School of Pastry Arts ), lo dejo caer ;)